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martes, 6 de abril de 2010

chilango ando en bicicleta

Un verdadera revolución acontece en tierras tenochcas...
La aventura de la ciudad lleva varios años, pero para mi empezó apenas desde navidad...
Bastante bien organizada tenían la sorpresa mi madre mi hermana y mi abuela, y me dieron una caja vieja con una taza de regalo...
¡Y bueno cuando parecia que había terminado el intercambio de regalos, bajo mi madre con una flamante bicicleta!
No recuerdo tanta emoción navideña desde hace casi 10 años...
Me costó un poco de trabajo adaptar mi rutina a la presencia de mi nueva compañera de ruta, pero a pesar de la flojera inicial, y del pánico escénico de enfrentarme a la urbe que no descansa, decidí que era el momento de salir del letargo.
¡Ahora voy al trabajo en bici, ya no me da miedo insurgentes, ya no me tengo que refugiar en las banquetas!
Por primera vez en 2 años al fin estoy volviendo a hacer ejercicio regularmente y mi cuerpo pedía a gritos un poco de movimiento... ¡Pues si chicos hay que cuidar la línea!
Tengo que admitir que no soy fan del casco, así que espero que nadie les venga a platicar que me hicieron chicharrón por imprudente...
La ciudad en 2 ruedas es tan diferente! Con gran verguenza tengo que aceptar que nunca había ido a perder mi silla a la villa hasta que los paseos dominicales me permitieron hacerlo.
Porque el cambio no es mío, es toda la ciudad la que se transforma, así, emulando y multiplicando experiencias importadas desde tierras colombianas, cada domingo cierran Reforma y cada mes todo el circuito interior para permitir únicamente el tránsito no motorizado...
Además las ciclovías permanentes se multiplican, no tan rápidamente como quisieramos, pero inexorablemente.
También, con fuertes raices franchutes y catalanas, y por supuesto con la presión de grupos ciudadanos visionarios, inició el primer proyecto de bicicletas públicas con 82 biciestaciones que han ido a parar desde Polanco hasta la Condesa.
Todavía recuerdo la admiración frente al sistema de Vélib de Paris, creyendo que pensar en algo similar en nuestro querido Defectuoso era simplemente un sueño inalcanzable...
Pero la verdad es que yo sigo impresionado de los cambios que ocurren en mis tierras temblorosas; en cuestión de 12 años, y sin querer hacer ninguna apología política, apareció el metrobus, los corredores cero emisiones, apareció el nuevo reglamento de tránsito, se legalizó el aborto en todas sus causales, aparecieron las sociedades de convivencia, se prohibieron las bolsas de plástico en el super, se reglamentó la separación de basura, se prohibió fumar en todo lugar público incluidos bares y discotecas (¡Lo máximo!), disminuyó la contaminación ambiental en más del 70% desde hace 15 años (recuerdan aquellos días que no ibamos a la escuela? Han visto lo frecuente que es ver ahora el popo y el Izta?) y la cereza en el pastel la constituye la legalización del matrimonio y adopción (y hasta divorcio) para parejas del mismo sexo!
No cabe duda que la ciudad se mueve en dirección correcta... Hacía mucho que no me sentía tan
orgulloso de pertenecer a una urbe que parece estar madurando en todos los sentidos, sobretodo gracias a que nosotros mismos nos hemos ido organizando, entendiendo que el gobierno no va a resolver todos nuestros problemas. ¡Por eso sigo cultivando mis propios jitomates en mi balcón!
Si, ya sé que la ciudad sigue siendo un caos, y que yo vivo en mi burbujita...
Para no entrar en debates con tonos partidistas mejor les cuento otra anécdota de primavera:
Tengo un amigo, al que he bautizado recientemente como Amelio Teresa de Calcuta Olarte, que es de los que mejor ejemplifican el cambio de vida y han hecho de la bicicleta una prolongación de su ser. Ahora mi querido cuate se divierte los domingos como voluntario de un movimiento derivado de la organización Bicitekas (www.bicitekas.org) que se llama "Un paseo a ciegas" y que es una de las mejores ideas que he escuchado desde el atún sellado; se trata de pasear a personas invidentes en bicicletas tamdén (dobles) y ser tanto guía como narrador de la realidad visual...
Una cosa increible... Me dice mi amigo que lo único verdaderamente dificil es tratar de explicar la blancura de Bellas Artes y el azul de un cielo de domingo a alguien que nunca ha visto los colores... A pedalearle entonces...
En eso ando queridos...
Daniel

PS: mi aparente euforia debe ser producto de tener a Julieta Venegas en el estereo a mi lado... Lo siento queridos 5 lectores, pero la cursilería es como la primera, llega de repente, y bueno a todos nos gusta la primavera...