Buscar este blog

viernes, 3 de julio de 2009

La Libertad al actuar: Carta abierta a mi hermana

Bueno hermanita, la verdad es que yo no soy tan filosófico como tu, y aunque no lo creas llevo un par de días pensando en lo que me preguntabas...

Tu pregunta alude directamente a la génesis de este Blog, que se busca libre y abierto...

Me queda claro que muchas cosas que han ocurrido en mi vida no son producto del azar y que algunas coincidencias no lo sean realmente...
Mi relación con Colombia en todas sus formas, algunas relaciones amorosas con patrones lacanianos difíciles de ignorar, la paradoja entre mi concepto de vida libre y la vida carcelaria de residente que llevo, la cercanía que mantengo con Francia, las decisiones clave en mi vida como estudiar medicina en vez de fotografía, quedarme en la UNAM en vez de la Universidad de Paris, irme a Baja California para el servicio social, regresar a Francia, aplicar para la residencia en España y México y quedarme aqui a pesar de la insuperable incomprensión que mantengo con mi propio país, la distancia con mis amigos inversamente proporcional al acercamiento con mis pacientes, la incapacidad que tengo para hacer solo una cosa a la vez, la cantidad absurda de datos inútiles que acumula mi cabeza al mismo tiempo que olvido todos los cumpleaños, la imborrable marca que dejó mi experiencia como paciente en mi decisión de hacer medicina, la historia familiar de lucha social y de desintegración familiar que se ha repetido hasta el cansancio y que todavia pesa en muchas de mis decisiones de vida...
De repente me sorprendo al estar tan lejos de todos los que me importan, lejos de sus problemas de sus alegrias, de sus vidas, de sus momentos mas difíciles... Sin poder, o tal vez, sin querer ayudar... Mientras, yo estoy en la mitad de la selva, aplicando vacunas a desconocidos, escuchando con atención sus historias, sus corazones, el aire que entra y sale de sus pulmones... Claro que nadie se atreve a criticar lo que hago, aunque en el fondo queda claro que no esta claro porque lo hago... ¿De que huyes? ¿A que le temes? ¿Que escondes? ¿Que deseo inconciente alimenta esa ansiedad por viajar, por exponer la vida, esa adicción a las sensaciones extremas? ¿Por que te importa tanto lo que pasa en Gaza o en Líbano o en Oaxaca?
Sin embargo me resisto a creer que el inconciente lo regula todo, que solo seamos esclavos de nuestra neurosis, que para todo exista una explicación psicoanalítica, que todo sea cuestion de la interacción constante entre nuestro ego, superego y hasta por un alter ego...
Ni somos tan inconcientes ni somos tan libres realmente...
Creo que hay cosas en las que nunca seré libre de actuar, por ejemplo, creo que nunca seré indiferente al sufrimiento del otro, o espero nunca serlo, y no sé muy bien cual es el origen de esta empatía, no se si es algo inerente a mi o es el producto de una historia personal o familiar...
Pero aunque no sea libre de sentir empatía, compasión o simpatía, eso tampoco es condición absoluta para actuar, es decir, no es posible detener algunas de nuestras reacciones frente a lo que ocurre en nuestras vidas o en el mundo, pero si podemos cambiar lo que hacemos al respecto, en eso radica mi libertad. Todos somos libres de ser indiferentes, egoistas e inconcientes con lo que pasa en el mundo. Yo decidí que quiero actuar, aunque no sé si eso será útil para alguien más que yo, porque siendo sinceros, cada vez que queremos ayudar a otro lo hacemos por motivos personales que no tienen nada de altruistas... No me mueven ganas de cambiar al mundo, me mueven las ganas de ser diferente, de cambiar mi destino, de ser feliz.
Interesante también sería discutir el principio mismo de libertad... Podemos visualizarla como noción de espacio, de movimiento, palabra conectada al aire, al viento, muchas veces asociada al viaje, al ocio al esparcimiento, a la fiesta, a la expresión, a la música (aunque la música esté llena de reglas de patrones y convenciones)...
Al menos, y frente a la obvia incapacidad que estoy teniendo para responder realmente a tu pregunta, te digo una cosa, cuando uno es demasiado libre, si se viaja demasiado si te alejas de todos y de todo, si te quedas sin ataduras, sin costumbres, sin hábitos, sin hogar... poco a poco también vas desdibujandote como persona y te vas sintiendo cada vez mas alejado de los demás cada vez más solitario, aunque cada vez rodeado de mas personas, cada vez mas confundido en tu cultura en tus orígenes y en tu identidad, porque creo que los humanos somos seres de costumbres de repeticiones y rituales. Nos gusta encontrarnos con el aroma de nuestro café o té favorito en la mañana (recuerdo alguna amiga expatriada que llevaba su cafetera a todas partes aunque no tuviese ni donde conectarla), nos gusta la sensación de llegar a nuestra cama (otra amiga llevaba su propia almohada), escuchar voces conocidas, escuchar nuestra música, ponerle a la comida la salsita que nos gusta... Así, en el rincón mas inhospito del mundo, buscamos patrones conocidos, nos aterra llegar a tierras en donde no se venda ni la Coca Cola, porque significa que estamos lejos de casa... aunque ya no queda claro donde es estar en casa para mi.
Pero a fuerzas de alejarte tienes dos opciones, la integración y conversión plena en un ciudadano del mundo, un globe trotter, un desaraigado por voluntad propia, o inconciente si nos remitimos a esta inerente falta de libertar real al actuar, por oposición a aquellos desterrados por cuestiones de guerra, hambruna ocatastrofe natural, o continuas con una vida que mantiene una conexión constante y sonante con tu pasado... Serás el migrante eterno, el melancólico el nostálgico, aquel que sigue con su síndrome de Ulises atado cual Ariana al hilo de un destino...
Un destino que no escogió libremente, como dirías tú, hermanita...
Y por cierto habrá que ver que tanta libertad sentiste tú al escoger donde estudiar filosofía...
PS: Recomiendo ampliamente que aprovechen mejor su tiempo leyendo a verdaderos escritores, como Murakami o el último de Kundera: "La rencontre" (2009)